Sierra de Santa Pola - Faro

Un domingo fabuloso y una ruta que nos ha resultado muy cómoda, por lo cercana.

16 kilómetros por los senderos de la Sierra de Santa Pola, desde la zona comercial de Gran Alacant hasta el pueblo de Santa Pola, pasando por el bebedero artificial para la fauna de la sierra, por la Foia Rotja, por el vértice geodésico, el faro y sus vistas de Tabarca.

A este recorrido nos hemos apuntado tres del grupo, Sergio, Julia y yo y, además, Isa, nuestra prima, su amiga Verónica y su 'peazo' de perro 'Ray'.

Isa ya está lista para una próxima excursión; le ha gustado mucho.

La ruta de los mantecados, los polvorones y el turrón.

Ayer, 25 de diciembre, hicimos una ruta especial... jejeje...
Ya veréis las fotos en cuanto me las pasen!!!
Está claro de que son días de excesos pero también días familiares.

El Altet-Faro Sta.Pola-Arenales

Hoy domingo, y debido a las típicas cenas navideñas de empresa, la ruta la hemos hecho sólo tres (Livia, José y yo) de los seis que componemos este grupo (tengo que decir que es posible que se añadan más personas a él a medida que vayamos preparando nuevas travesías).
Esta vez, además, ha sido un poco más cómoda que otras veces, aunque no por ello menos interesante y agradable.
Una travesía bastante llana desde El Altet pasando por su playa, Arenales, Carabassí, Casas del Faro hasta prácticamente la entrada al pueblo de Santa Pola. Después hemos retomado el camino hasta los Arenales.

En ese regreso nos hemos encontrado con Juan Carlos, un amigo al que hemos invitado algunas veces a hacer alguna ruta y que andaba caminando en solitario. No descarto que él y su amiga Esther se apunten a alguna de las que hagamos.
A la llegada a Arenales, aperitivo en casa de mi hermano y regreso a casa.

Ahhhh... a todo eso, se ha unido a nosotros Yuma, mi perra, que se ha portado en todo el camino como una campeona!!!

Fuente del Partagat - Peña de Sella

Hoy hemos hecho una buena ruta, además hemos estado los seis. Perfecto.

Un recorrido desde la Font del Partagat hasta la Peña de Sella, pasando por el Collado de Tagarina (1254 mts.). Unos paisajes que te dejan sin aliento, preciosos.

La ruta ha sido de unos 16 Kms. aproximados.
Un día frío de cojones, con unas nubes que se arrastraban por los picos con unas ganas locas de descargar y unas pendientes bastante considerables.

La ida bien, dentro de lo que cabe.

La vuelta ha sido ya otro cantar. Al cansancio, el frío y las pendientes se ha añadido una lluvia fina, helada y afilada como navajas de Albacete que le ha dado a la jornada ese punto de aventura que estábamos deseando... jejeje

Estoy escribiendo esto y... aún están mi hígado, mi corazón y mis piés esperando el ascensor.

Rincón Bello - Rabosa.

8 de diciembre de 2009.

Hoy ha sido una ruta un poco más suave.
Hemos respetado las agujetas que algunos llevamos arrastrando desde hace algunos días.
Desde Agost hemos llegado al Rincón Bello, un paraje bastante preparado con bancos, barbacoas y merenderos para facilitar a las gentes el hacer un día de campo agradable.

Partimos de aquí, por senderos, hasta la Rabosa, otro lugar también muy preparado para recibir familias que quieran pasar un día de campo. A la vuelta, en el Rincón Bello, hemos comido (también hemos podido comprobar que la gente pasa veinte pueblos de ser cuidadosa con el medio ambiente y que eso de 'bolsa kaka' se lo pasan por el forro de los coj...)
A esta pequeña excursión, que le calculamos unos 8 kilómetros, sólo hemos ido 4 de los seis, Sergio, Pablo, Julia y yo.
Esperemos que en el próximo vayamos el grupo al completo.

Bajada del Maigmó - Vía Verde

Domingo, 6 de diciembre de 2009.
Segunda ruta montañera.
En esta ocasión pudimos ir los seis. Osea que a Sergio, Livia, José y yo se añadieron Julia y Pablo (mis otros dos hijos).
También un día perfecto, fresco pero despejado. Comenzamos desde el Balcón de Alicante, arriba en el Maigmó, caminamos por la parte oeste, una pequeña y pronunciada subida, allí alguno de nosotros casi nos dejamos el hígado (cómo agradezco haber dejado el tabaco), después todo fue descenso, pequeños senderos abarrotados de vegetación y paisajes increíbles. Nos cruzamos con algunos bikers, gente digna de elogio por lo complicado que debe ser el manejo de la bicicleta en la montaña. En un momento cambiamos el sendero por el cauce de un río (aunque con un hilo de agua, seco). Fue una pasada. Como las cabras, entre rocas, saltando y disfrutando como niños. Incluso hubo baño improvisado, por mi parte. No calculé bien la profundidad de una pequeña charca y me calé hasta los huev... Estaba fría, lo confieso.

Cuando finalizó el descenso de la montaña empalmamos, en el Km.12, con la Vía Verde que va desde Agost hasta la gasolinera del Maigmó (km.22). Una travesía ya bastante tranquila, suave pendiente y muy interesantes los túneles que se encuentran en el camino.
Nuestro cálculo de Kms. realizados oscila entre los 19 y los 22.
Tampoco está nada mal para ser una segunda jornada.

A las faldas de la Aitana.

El sábado, día 28 de noviembre, comenzó nuestro primer encuentro con la montaña. En esta ocasión sólo pudimos acudir cuatro de los seis miembros que componen este grupo familiar. Sergio (mi hermano), Livia (mi hija pequeña), José (su novio, mi hijo político) y yo (para el que no lo sepa, me llamo Paco).

Un día fresco pero precioso que nos llevó desde las faldas de la Aitana, pocos kilómetros después de Sella, por caminos forestales, hasta una primera parada en la Font de l'arbre, continuando hasta la Font de la Forata, muy cerca de la cumbre de la sierra. Allí hicimos otra pequeña parada y empezamos el descenso. Esta vez la vuelta la hicimos por otro camino forestal, hasta la Font de l'arbre, donde paramos para comer. Después regresamos hasta el vehículo para marchar a casa. Vistas increíbles y una ruta muy recomendable por su belleza.
Nosotros calculamos que hicimos alrededor de 17 kilómetros.
Pienso que para ser la primera, y no estar acostumbrado, no está nada mal.
Ahhh, por cierto... después de esta primera ruta, he decidido dejar el tabaco.

El detonante.

Fue un viaje precioso. Marruecos nos enseñó durante esa semana, del 8 al 15 de mayo del 2009, lo más hermoso de Marrakech y sus alrededores, sus palacios, sus rincones, sus cautivadores olores, sus impactantes colores, la amabilidad de sus gentes y su riqueza cultural. Y algo casi tan importante como todo eso, nos mostró a nosotros mismos como un grupo familiar unido. Un grupo que, tomando como detonante ese fabuloso viaje, comprendió que se abría un abanico importante de posibilidades para hacer muchas cosas juntos.
Hace unas semanas surgió la idea de hacer un viaje.
Un VIAJE en mayúsculas.
Un viaje que hay que ir fraguando poco a poco y del que iremos conociendo más sobre él a medida que vaya tomando cuerpo.
De momento ya hay algunos puntos más claros que otros. Por ejemplo, es un viaje para el que hay que prepararse físicamente y también incluso mentalmente. Es por esto que, en principio, hemos decidido empezar haciendo algunas rutas de trekking y senderismo con el fin de habituar nuestro cuerpo a lo que pueda venir en un futuro.

En un principio...

No quiero profundizar demasiado en este tema. Quien realmente me conoce sabe perfectamente de qué va toda esta historia. Sólo diré que el principio de todo esto, al menos para mi, se remonta a la primavera del 2008. El ser que yo más amaba me propuso hacer un viaje a Marrakech. Marruecos no era un país que me llamara la atención pero accedí. Confesaré que me cautivó.
Tanto fue así que a su muerte, justo un año después, me prometí volver a ese lugar que tanto me había aportado emocionalmente. Esta vez me propuse hacer ese viaje con mis hijos y mi hermano. Había dos motivos importantes, uno, el retorno a lugares compartidos con el ser querido, el otro, el reencuentro y acercamiento con mi familia.