sábado, 1 de mayo de 2010

La sierra de la Umbría


Hoy ha tocado hacer una ruta por una sierra, no diré lo contrario, que es realmente bonita (la sierra, claro... que la ruta ha sido de infarto). La Sierra de la Umbría.
Y, siendo realistas, hay que decir que si esta ruta estuviera señalizada sería especialmente espectacular pero... como no es así, para variar, nos ha pasado de todo.
En este día, que ha amanecido claro y despejado, hemos iniciado la ruta Perci (un amigo peruano), Isa y yo. Todo iba perfecto. La hemos comenzado siguiendo las señales de la GR7 que recorre una parte de la zona y, después, y ayudados por un mapa rudimentario sacado de Google Earth, hemos intentado seguir los pasos de una ruta marcada por un usuario de Wikiloc.

Fracaso total.
Ha llegado un punto en el que el sendero ha dejado de existir, hemos ido campo a través, luego monte a través, luego mundo a través... y, cuando ya creía que tendríamos que deshacer nuestros pasos, hemos encontrado el sendero... ¡Gracias Dios! Claro que, a todo eso, ya habíamos cruzado tanto monte, pisando tantos zarzales y matojos pinchosos, que, como Rambos cualquieras, ya no sentíamos las piernas.

Pero parecía que la suerte nos acompañaba. Por fin teníamos un camino.
Ja, ja, ja... Y una 'M' bien grande, mira tú por dónde.
De pronto, un cielo que se cubre, una nubes que se ponen de luto, unos truenos que me río yo de las mascletás de hogueras y un agua... jajajaja... un agua que ya quisieran muchos 'pa' llenar las cantimploras.
¿Eso es todo?... Noooo

¿Qué más puede pasar?... ¡Joder, está claro!
Después el agua se vuelve hielo... y nos cae una granizada que aún tenemos las orejas amoratadas con las putas bolitas de granizo.

Como podemos bajamos a trompicones la montaña, volvemos a perder el camino, corriendo por esos sembraos del señor... en busca de una casa derruída que veíamos a lo lejos.
Allí nos hemos cobijado, hemos esperado que pasara la tormenta, hemos retomado el camino y...
mojados como animalillos perdidos nos hemos dirigido hacia el coche.
Y para que conste... aquí os dejo algunas fotos.
Y ahora... ¡A ver si alguien la supera!
¡¡¡Vaya aventura!!!

domingo, 25 de abril de 2010

El Puig Campana


Terminar abril con esta ruta es un auténtico lujo, la verdad.
Hasta el momento, entre todas las que hemos hecho en la provincia, y junto a la de La Catedral del Senderismo, una de las más espectaculares.
Desde el comienzo y hasta el final, en el mismísimo punto geodésico, todo es subir, subir y subir. Una subida empinada de cojones que te pone las piernas calentitas que ni te las imaginas, colega!!!... jejeje... incluso hay momentos que el senderismo se convierte en escalada.
Pero te compensa con creces cuando contemplas las maravillosas vistas.

Sin duda esta ruta es de las que te hace dar gracias a la Naturaleza por ponértela tan a mano y te hace dar las gracias a la Vida por haberte ofrecido la posibilidad de gozarla.
Sergio, Pablo y yo nos hemos pegado un pedazo de madrugón para llegar bien temprano a Finestrat, desde donde hemos comenzado, más concretamente desde La Font del Molí. Hemos optado por la subida rápida, que no la más fácil, por la Pedrera hasta la cumbre (1.406 mts.)

Unos minutos para comprender que ha merecido la pena el esfuerzo (creo que las fotos son la prueba de ello) y volver a tomar el camino de regreso.

Esta vez la bajada ha sido por la zona de la umbría, algo más larga y algo más cómoda (tampoco vamos a exagerar, que la bajadita ha tenido tela marinera... jejeje) pasando por el Coll del Pouet, después camino del Refugi de J.M. Vera y por el sendero, que aún tiene las huellas del incendio del 2006, hasta la Font del Molí, donde hemos subido al coche y nos hemos ido a toda velocidad (siempre cumpliendo con las normas, por supuesto) a comer con Julia al japonés (me parece que le hemos cogido gusto al dichoso restaurante.. jajaja)

Debo decir que gracias al madrugón hemos disfrutado mucho más de ella; una hora más tarde habríamos sido ciento y la madre, que esta ruta tiene muchos novios y se ha puesto muy de moda.