No quiero profundizar demasiado en este tema. Quien realmente me conoce sabe perfectamente de qué va toda esta historia. Sólo diré que el principio de todo esto, al menos para mi, se remonta a la primavera del 2008. El ser que yo más amaba me propuso hacer un viaje a Marrakech. Marruecos no era un país que me llamara la atención pero accedí. Confesaré que me cautivó.
Tanto fue así que a su muerte, justo un año después, me prometí volver a ese lugar que tanto me había aportado emocionalmente. Esta vez me propuse hacer ese viaje con mis hijos y mi hermano. Había dos motivos importantes, uno, el retorno a lugares compartidos con el ser querido, el otro, el reencuentro y acercamiento con mi familia.
Tanto fue así que a su muerte, justo un año después, me prometí volver a ese lugar que tanto me había aportado emocionalmente. Esta vez me propuse hacer ese viaje con mis hijos y mi hermano. Había dos motivos importantes, uno, el retorno a lugares compartidos con el ser querido, el otro, el reencuentro y acercamiento con mi familia.
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