La ruta del fin de semana: Edimburgo

Por ser Semana Santa ha sido un fin de semana largo y especial.

La ruta no podía ser menos. Hemos estado en Escocia, más concretamente en Edimburgo, su capital. También hemos tenido un día de excursión por las Tierras Altas; eso fue el sábado.

Sergio, Julia, Pablo, Livia, Isa y yo.

Llegamos a esa ciudad el viernes, día 2, a eso de las 14'00 horas y después de encontrar el hotel y acomodarnos fuimos a dar un primer paseo, una toma de contacto, con la city. Es una pasada de bonita, aunque fría y húmeda para unos humildes latinos como nosotros. Todo son edificios antiguos con ese aire de la época de Mary Castaña, con cientos y cientos de palacios, iglesias, monumentos y un sinfín de rincones, a cada cual más bonito, llena de espacios verdes por donde quiera que mires, limpia como la patena y... (no me extraña la puntualidad británica) relojes por todas partes.

Y allí estábamos nosotros, en esa primera tarde, dando una vueltecilla por la zona más céntrica y comercial, buscando un sitio para cenar algo y de regreso al apartamento ya que al día siguiente nos esperaba una larga excursión por las Highlands (las tierras altas; sí las mismas de los Inmortales, las de Mel Gibson en Braveheart, esas)

Sábado, 3 de abril.

Muy temprano, y desde la Calle High Street, en un minibus, partimos hacia las tierras de todos los Mac's del universo. Anda que no hay MacGregors, MacMillands, MacDonalds, MacFlys, MacFersons, etc, etc... Por si faltaba algo el conductor, guía y animador de la excursión se llamaba Mac. Era el escocés perfecto. Increíble. El escocés que cualquier madre quiere para su hija, el escocés que cualquier madre quiere para su hijo (en el caso que al hijo le gusten los escoceses), el escocés que cualquiera pondría como ejemplo de limpieza, el escocés más escocés de todos los escoceses. Un tío de 1'90, un poco pelirrojo, de unos 30 ó 35 años, cuerpo marcado, sonrisa profident, vestido con el traje típico... en fin, una joya... Pero... algún defecto tenía que tener. La excursión duró 13 horas, aproximádamente. Él habló 16. Hablaba por los codos. Nos contó la historia de Escocia desde la época de los dinosuarios hasta la actualidad, incluyendo las versiones cinematográficas que de Escocia se han hecho y toda la lista de grandes personajes que se enorgullecen de ser escoceses y viven a lo largo y ancho de este planeta.

Hicimos paradas en el Lago Laggan, el Lago Lochy y el Lago Ness. En este último subimos a un barco para hacer un recorrido en busca del famoso monstruo Nessi. Después tomamos el camino a Glencloe y sus espectaculares imágenes de las montañas. Algunas paradas para hacer fotografías, tomar algún refrigerio y finalmente una última para ver el castillo de Stirling antes del regreso a Edimburgo, a eso de las 21'00 horas.

De todo esto tenemos como prueba las maravillosas fotografías que os acompaño.

Una excursión muy muy increíble.

Domingo, 4 de abril.

Este día lo hemos dedicado a Edimburgo exclusivamente.

Mi hermano y yo hemos madrugado algo más que los demás y hemos salido a caminar. Hemos estado en la Catedral Episcopal St. Mary's y el Donaldson's College; dos puntos interesantes de ver y algo apartados de nuestro hotel.

Después hemos quedado con el resto de la gente en High Street para desayunar y empezar el recorrido por el centro, visitar monumentos, algún museo y hacer un poco de shopping. El famoso Castillo de Edimburgo, la céntrica calle Princesa, los jardines de la Princesa, con su monumento a Scott y la Fuente Ross, el Museo On The Mound y el Jardín Botánico. También, y de pasada por todos estos lugares, Nelson's Monument, St. Mary's Catholic House, St. Paul's and St. George's Church, National Archives of Scotland, The Baltmoral, etc...

Un viaje, una escapada, un cambio de aire... llámalo como quieras pero... ha sido estupendo poder disfrutar de estos días en un lugar tan hermoso como este.