sábado, 20 de marzo de 2010

El Cabeçó D'Or (Y ahora sé porqué)


Bueno, hoy sábado hemos hecho una rutilla.
Dos personas humanas y dos perros; seguramente será complicado saber quién es quién en las fotos, usar vuestra imaginación.
Mi primar Isa, su perro Ray, la perra de un vecino llamada Kyra (la perra, no el vecino, claro) y el que cuenta esta jornada.
Nos hemos decantado por el Cabeçó por estar cerca y no ser una ruta (en principio) demasiado complicada. Entre 10 y 12 kilómetros le calculo yo. Comenzamos cerca de Canalobre, famoso por sus cuevas prehistóricas. Un camino aceptablemente señalizado con unas subidas considerables, de esas que te dejan sin aliento. Realmente como no nos espera nadie en la cumbre, ni dan premio por llegar antes, la hemos tomado con calma.

A la llegada a 'La casa de Polset' hacemos una parada para tomar un refrigerio y refrescar a los animales; que todo hay que decirlo, se han portado muy bien. Después, camino a la cumbre. Aunque el día estaba nublado y nos acompañaba una bruma muy espesa, parece que se ha aclarado un poco al llegar a la cumbre. Desde luego da una alegría enorme cuando coronas algún pico, aunque sea uno pequeño como este (1.203 mts.).


Lo bueno viene ahora.
Camino de vuelta, perfecto. Cogemos el sendero de regreso. Si la subida ha sido considerable, agárrate a la bajada.
En un momento determinado, atravesamos unos matorrales, perdemos el sendero y nos deslizamos como cantos rodados montaña abajo, en una pendiente de cojones. Diré que hasta los perros estaban cagados de miedo. Yo ya me veía llamando al 112 para que trajera el helicóptero. Habíamos tomado una pedrera como camino de retorno. Imposible de remontar. Sólo cabía la posibilidad de seguir patinando, con todo el cuidado del mundo, con los guijarros hasta llegar al sendero de nuevo. Así ha sido... claro que en todo este desafortunado trayecto nos hemos dejado la piel de las manos, los culos amoratados, he perdido las gafas, me he dañado la rodilla y... (por eso lo del título) se ha quedado en el camino de piedras mi anillo de oro (snifff... es lo único que siento). Osea que el Cabeçó ahora es un poco más 'De oro', coño.

Sin más complicaciones que las relatadas, hemos llegado al final del camino, esta vez a través del sendero, hasta el coche que nos ha traído hasta casa sin problemas.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Menuda peripecia, así teneis algo más cosas que contar... jajajaja
Cuida bien de mi hermanita... que no tengo otra.
Muy chulo tu blog.
Un beso, tu prima Charo.

Unknown dijo...

Lo siento, antes se me ha trabado un poco la lengua... ha sido por la emoción.
Un beso.

Telemaco dijo...

De nuevo por estos lares, trás un largo tiempo sin ver sus nuevas aventuras de senderiasta.
Buena ruta y buena compañía la que usted, buen señor "Webside", ha escogido.
Un abrazo enorme!!