Estaba previsto, lo sabíamos, no podíamos sorprendernos. Pues mira tú por dónde, nos hemos sorprendido. Un tiempo de cojones, de malo, claro... Frío, niebla, lluvia pero... con ganas y más moral que 'el alcoiano'... allí hemos ido nosotros. ¿A dónde?... A Biar, ni más menos, ni más más.
Pablo, Juan Carlos, Livia, José y yo hemos sido los 'afortunados'.
Había en la lista más gente que han ido desapuntándose a medida que pasaba la semana... Unos por motivos laborales, otros por motivos felinos, incluso alguno por motivos terapeúticos... no te jode!!! En fin, a estas horas, seguro, están revolviéndose en sus respectivos sofás dándole al mando a distancia como posesos... mientras nosotros nos hemos traido a casa, en nuestras zapatillas de trekking, todo el barro que se ha acumulado con el recorrido y un montón de imágenes en nuestras retinas de rincones espectaculares y maravillosos que tenía esta ruta.
Una ruta que, por motivos aún desconocidos...jejejeje, ha sufrido una 'ligera' modificación. En un principio iba a ser un recorrido por la sierra de Biar, desde el Santuario hasta Fontarbres, ida y vuelta. El destino, o vaya usted a saber qué porras ha sido, ha hecho que en un momento dado del camino, hayamos cogido otra vereda y hayamos aparecido en el pueblo de Onil... Toma Ya!!! Toma del frasco, Carrasco!!!
Pues el regreso ha sido la leche en bote; no querías montaña? pues toma, 'pa' que te hartes... Si en un principio le calculábamos a la ruta inicial unos 14 kilómetros, ahora le echamos unos 6 más (aproximádamente)... Casi ná!!! Si a eso le añades, el frío, la niebla y la lluvia pues... sólo le falta a esta película un par de osos hambrientos, una manada de lobos asesinos y unas serpientes venenosas para ser un film de terror de primera categoría.
Bromas aparte (bueno, medias bromas) ha sido una ruta bastante bonita. Desde luego no para repetirla con esas condiciones pero sí para planteársela con buen tiempo y una mejor organización.
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