La verdad es que no lo he pensado ni dos veces; se me pasó por la cabeza y es lo que he hecho. Eso sí, he madrugado como nunca... A las 6'00 ya estaba paseando a Yuma (mi perra) y a las 7'00 en el coche camino de la montaña. A las 8'00 tenía la Sierra de Mariola ante mis ojos y su cumbre señorial, El Montcabrer (1.389 mts.), esperando mi llegada. Una hermosa ruta y un lugar espectacular para despedir la primavera; El Parque Natural de la Sierra de Mariola.
Por esos lugares, ha hecho frío, ha debido ser una semana de lluvias por lo húmedo del terreno y la gran cantidad de charcos.
Por un momento he tenido la sensación de ser el hermano mayor de Bambi.
Me explico.
Al poco de empezar a caminar, aún era muy temprano, he parado para tomar un trago de una bebida isotónica (no diré marcas, si quieren que les haga publicidad que paguen) y me he sentado al borde del sendero sobre una piedra, cerca de uno de tantos charcos. ¿Qué ha pasado? ¿No habéis tenido nunca la sensación de creer estar solos y sentir que os observaban cientos de ojos?... De pronto, dejo de beber, me vuelvo hacia el charco y... allí estaban, tan atónitos como yo, dos erizos, inmóviles, aún con sus rosáceos morrillos petrificados rozando el agua... A unos escasos metros, una liebre, también paralizada, con ojillos de 'joder, me han pillado'... Y al otro lado del camino, una pequeña culebra, esta iba sencillamente a su 'bola', no le asustaba en absoluto mi presencia...
A todo esto... lo primero que he pensado era que... 'Vaya una suerte la mía, he ido a parar al charco donde toda la fauna del lugar viene a hacerse el aseo matutino'... 'Bueno, si es así, que se preparen que les saco una foto...' Ja ja ja... en cuanto he sacado la cámara todo bicho viviente ya estaba al otro lado de la sierra. Normal.
A continuación, he seguido tranquilamente el sendero hasta el Mas de la Foia Ampla, después montaña arriba en busca del pico. Lo importante era llegar a la cumbre. Un día que parecía anunciar tormenta se ha despejado a media mañana y he llegado a la cima con unas vistas extraordinarias.
Por esos lugares, ha hecho frío, ha debido ser una semana de lluvias por lo húmedo del terreno y la gran cantidad de charcos.
Por un momento he tenido la sensación de ser el hermano mayor de Bambi.
Me explico.
Al poco de empezar a caminar, aún era muy temprano, he parado para tomar un trago de una bebida isotónica (no diré marcas, si quieren que les haga publicidad que paguen) y me he sentado al borde del sendero sobre una piedra, cerca de uno de tantos charcos. ¿Qué ha pasado? ¿No habéis tenido nunca la sensación de creer estar solos y sentir que os observaban cientos de ojos?... De pronto, dejo de beber, me vuelvo hacia el charco y... allí estaban, tan atónitos como yo, dos erizos, inmóviles, aún con sus rosáceos morrillos petrificados rozando el agua... A unos escasos metros, una liebre, también paralizada, con ojillos de 'joder, me han pillado'... Y al otro lado del camino, una pequeña culebra, esta iba sencillamente a su 'bola', no le asustaba en absoluto mi presencia...
A todo esto... lo primero que he pensado era que... 'Vaya una suerte la mía, he ido a parar al charco donde toda la fauna del lugar viene a hacerse el aseo matutino'... 'Bueno, si es así, que se preparen que les saco una foto...' Ja ja ja... en cuanto he sacado la cámara todo bicho viviente ya estaba al otro lado de la sierra. Normal.
A continuación, he seguido tranquilamente el sendero hasta el Mas de la Foia Ampla, después montaña arriba en busca del pico. Lo importante era llegar a la cumbre. Un día que parecía anunciar tormenta se ha despejado a media mañana y he llegado a la cima con unas vistas extraordinarias.
Es en estos momentos cuando piensas lo insignificante que es el ser humano, que no somos los dueños de nada, que no somos la clave del Universo, que sólo somos una pieza más de ese Todo infinito... que si no cuidamos lo que nos rodea seremos tan efímeros como un suspiro y que... merece la pena pasar por esta vida cuando contemplas tanta belleza.
El descenso, por el sendero que te lleva a la Cava Arquejada (en esta ocasión la tienen vallada y protejida para una pronta restauración), sin embargo no pierde su encanto a pesar de todo.
Vuelta hasta el Mas de la Foia Ampla y regreso por el camino que lleva a la Font de Mariola, que es donde tenía el coche, unos 16 kilómetros en total. Todo ello en un tiempo más que razonable... ya que he llegado a las 13'30 a casa para comer.
Hacer una mención especial a todos aquellos que hacen las rutas en bicicleta, me parece de un mérito increíble. Este es uno de los senderos que se prestan a ello y, si os gusta esta variante, os la recomiendo.